Autoestima
sábado, 16 de noviembre de 2013
_TEMA DE LA AUTOESTIMA_
LA AUTOESTIMA Puede definirse la autoestima como el sentimiento de aceptación y aprecio hacia uno mismo, que va unido al sentimiento de competencia y valía personal. El concepto que tenemos de nosotros mismos no es algo heredado, sino aprendido de nuestro alrededor, mediante la valoración que hacemos de nuestro comportamiento y de la asimilación e interiorización de la opinión de los demás respecto a nosotros. La importancia de la autoestima radica en que nos impulsa a actuar, a seguir adelante y nos motiva para perseguir nuestros objetivos.
Las personas con alta autoestima se caracterizan por lo siguiente:
• Superan sus problemas o dificultades personales.
• Afianzan su personalidad.
• Favorecen su creatividad.
• Son más independientes.
• Tienen más facilidad a la hora de tener relaciones interpersonales.
Cuando tienes una autoestima alta, te sientes bien contigo mismo; sientes que estás al mando de tu vida y eres flexible e ingenioso; disfrutas con los desafíos que la vida te presenta; siempre estás preparado para abordar la vida de frente; te sientes poderoso y creativo y sabes como " hacer que sucedan cosas " en tu vida.
Por el contrario, las personas con una baja autoestima:
- Falta de credibilidad en sí mismo, inseguridad.
- Atribuir a causas internas las dificultades, incrementando las justificaciones personales.
- Desciende el rendimiento.
- No se alcanzan las metas propuestas.
- Falta de habilidades sociales adecuadas para resolver situaciones conflictivas (personas sumisas o muy agresivas).
- No se realizan críticas constructivas y positivas.
- Sentimiento de culpabilidad.
- Incremento de los temores y del rechazo social, y, por lo tanto, inhibición para participar activamente en las situaciones.
¿CÓMO MEJORAR LA AUTOESTIMA?
Es necesario conocer cómo funcionamos, es decir, cuáles son nuestras fortalezas y aspectos positivos y cuáles son nuestras limitaciones. A partir de esta valoración, decidiremos qué aspectos deseamos mejorar y cuáles reforzaremos. El plan de acción para cambiar determinadas características debe ser realista alcanzable en el tiempo (por ejemplo, la edad que tenemos es inamovible, la altura es otro factor poco variable a determinadas edades, etc.). Es decir, tenemos características que tendremos que aceptar y con las que convivir, intentando sacar partido y ver su aspecto positivo.
Veamos quince claves para mejorar la autoestima:
1. No idealizar a los demás.
2. Evaluar las cualidades y defectos.
3. Cambiar lo que no guste.
4. Controlar los pensamientos.
5. No buscar la aprobación de los demás.
6. Tomar las riendas de la propia vida.
7. Afrontar los problemas sin demora.
8. Aprender de los errores.
9. Practicar nuevos comportamientos.
10. No exigirse demasiado.
11. Darse permisos.
12. Aceptar el propio cuerpo.
13. Cuidar la salud.
14. Disfrutar del presente.
15. Ser independientes.
AUTOCONCEPTO (Una parte importante de la autoestima)
¿Qué es el auto concepto? Es el concepto que tenemos de nosotros mismos. ¿De qué depende? En nuestro auto concepto intervienen varios componentes que están interrelacionados entre sí: la variación de uno, afecta a los otros (por ejemplo, si pienso que soy torpe, me siento mal, por tanto hago actividades negativas y no soluciono el problema).
- Nivel cognitivo - intelectual: constituye las ideas, opiniones, creencias, percepciones y el procesamiento de la información exterior. Basamos nuestro auto concepto en experiencias pasadas, creencias y convencimiento sobre nuestra persona.
- Nivel emocional afectivo: es un juicio de valor sobre nuestras cualidades personales. Implica un sentimiento de lo agradable o desagradable que vemos en nosotros.
- Nivel conductual: es la decisión de actuar, de llevar a la práctica un comportamiento consecuente.
Los factores que determinan el auto concepto son los siguientes:
* La actitud o motivación: es la tendencia a reaccionar frente a una situación tras evaluarla positiva o negativa. Es la causa que impulsa a actuar, por tanto, será importante plantearse los porqués de nuestras acciones, para no dejarnos llevar simplemente por la inercia o la ansiedad.
* El esquema corporal: supone la idea que tenemos de nuestro cuerpo a partir de las sensaciones y estímulos. Esta imagen está muy relacionada e influenciada por las relaciones sociales, las modas, complejos o sentimientos hacia nosotros mismos.
* Las aptitudes: son las capacidades que posee una persona para realizar algo adecuadamente (inteligencia, razonamiento, habilidades, etc.).
* Valoración externa: es la consideración o apreciación que hacen las demás personas sobre nosotros. Son los refuerzos sociales, halagos, contacto físico, expresiones gestuales, reconocimiento social, etc.
AUTOESTIMA PRECISA
Ya sabemos que la autoestima es uno de los factores más relevantes para el bienestar personal y una clave para relacionarnos con el entorno de una forma satisfactoria.
Si nuestra tendencia es a sobrevalorar las dificultades o defectos sin valorar las propias capacidades o posibilidades, la suma global (la percepción de uno mismo) hace que nos sintamos insatisfechos. Si esta forma de pensar está generalizada, nuestras actuaciones van a estar sesgadas o actuaremos con temor y hay más posibilidades que los fallos se repitan en el futuro.
También podemos tener un pensamiento distorsionado en el sentido contrario, si lo que tenemos es un sentimiento exagerado de autoestima, nos puede crear problemas, lo cual ocasionará que no podamos resolver los problemas de forma adecuada.
Aceptación de límites y capacidades
En esta sociedad se nos pide que seamos perfectos, ¡Los mejores!; esto choca frontalmente con nuestra vivencia. Lo adecuado es en sentir una parte de nosotros como maravillosa, aquella que se refiere a nuestras capacidades. Somos buenos para unas cosas, tenemos cualidades que ponemos o no en práctica, hemos conseguido cosas, etc.
La otra parte de nosotros alberga los límites. Si a veces somos odiosos, nos enfadamos, somos débiles o miedosos, no sabemos qué hacer, e incluso nos equivocamos. La parte de los límites es la que intentamos esconder, la que nos avergüenza de nosotros mismos. Ponemos tanta atención en nuestros defectos que no hacemos sino hacerlos más presentes y empeorar las cosas, por no aceptarlos, cambiar o salir de ellos. Toda esta energía puesta en los límites nos impide desarrollar las capacidades y superarnos.
Necesitamos aceptarnos como un todo, con límites y capacidades. Querernos sin condiciones. Sólo así sentiremos el aumento de la autoestima. Necesitamos estimar lo mejor de nosotros y lo menos bueno.
Para entender la autoestima, nos ayudará el descomponer el término en dos palabras. Veamos, en primer lugar, la palabra estima. Estima es una palabra extravagante que expresa que alguien o algo son importantes o que se da valor a esa persona o cosa. Por ejemplo, si realmente admiras al papá de tu amigo porque ofrece sus servicios como voluntario en el cuerpo de bomberos, significa que lo tienes en gran estima. Y el trofeo especial para el mejor jugador de un equipo se denomina, por lo general, “estimado trofeo”. Eso significa que el trofeo representa un logro importante.
Y auto significa, bueno... ¡tú mismo! Así que une ambas palabras y será más fácil entender qué es la autoestima. Se refiere a cuánto te valoras a ti mismo y lo importante que te consideras. Hace referencia a cómo te ves a ti mismo y cómo te sientes por tus logros.
La autoestima no significa alardear de lo maravilloso que eres sino, más bien, saber discretamente que vales mucho (de hecho, ¡que no tienes precio!). No se trata de pensar que eres perfecto ―porque nadie lo es― sino de saber que eres digno de ser amado y aceptado.
Por qué es importante la autoestima
La autoestima no es como ese par de zapatillas padrísimas que te encantaría tener pero que no necesitas. Un niño necesita tener autoestima.
La alta autoestima es importante porque te ayuda a mantener la cabeza bien alta y a sentirte orgulloso de ti mismo y de lo que puedes hacer. Te proporciona valor para experimentar cosas nuevas y el poder de creer en ti mismo. Te permite respetarte a ti mismo, incluso cuando cometes errores. Y cuando te respetas a ti mismo, por lo general, los adultos y otros niños también suelen respetarte.
La alta autoestima también es tu pasaporte para tomar buenas decisiones relacionadas con tu mente y tu cuerpo. Si crees que eres importante, es menos probable que te dejes arrastrar por tus amigos cuando hacen alguna tontería o algo peligroso. Si tienes una alta autoestima, sabes que eres lo suficientemente inteligente como para decidir por ti mismo. Valoras tu seguridad, tus sentimientos, tu salud... ¡todo tu ser! La alta autoestima te ayuda a saber que cada parte de ti merece ser cuidada y protegida.
Cómo adquieren los niños su autoestima
Los bebés no se ven a sí mismos de forma buena o mala. No piensan: “¡Soy genial!” cuando sueltan un buen eructo o “¡Oh, no, este pañal hace que mis piernas se vean raras!”. Más bien, las personas cercanas al bebé le ayudan a desarrollar su autoestima. ¿Cómo? Animándole cuando aprende a gatear, caminar o hablar. A menudo, le dicen: “¡Buen trabajo. Bien hecho!”. Cuando las personas cuidan bien de un bebé, también les ayuda a sentirse amados y valiosos.
Cuando los niños crecen, pueden tener un papel más importante en el desarrollo de su autoestima. Los logros ―como conseguir buenas notas en un examen o formar parte del equipo de fútbol estelar― son cosas de las que un niño puede sentirse orgulloso, así como tener un buen sentido del humor o ser un buen amigo.
La familia de un niño y otras personas de su entorno (como entrenadores, compañeros de equipo y compañeros de clase) también pueden elevar su autoestima. Pueden ayudar a un niño a aprender a hacer las cosas o a darse cuenta de sus cualidades. Pueden creer en el niño y animarlo a volver a intentar algo que no le salió bien la primera vez. Todo es parte de ese aprendizaje que les hará verse a sí mismos de forma positiva, sentirse orgullosos de lo que han hecho y seguros de que pueden hacer mucho más.
Sobre la baja autoestima
Quizá conozcas a niños con baja autoestima que no tienen muy buena opinión sobre sí mismos o que parecen criticarse demasiado. O quizá tú tienes una baja autoestima y casi nunca te sientes bien contigo mismo o crees que no eres importante.
A veces, un niño tendrá baja autoestima si sus padres no le animan lo suficiente o si se grita mucho en casa. Otras veces, la autoestima de un niño puede resentirse en el salón de clase. Un maestro puede hacer que un niño sienta que es tonto o quizás le acose algún compañero.
Para algunos niños, es posible que las clases les resulten tan difíciles que no puedan mantener el nivel exigido o sacar las notas que esperaban. Eso puede hacer que se sientan mal consigo mismos y dañar su autoestima. Su autoestima mejorará cuando un maestro, tutor u orientador les anime, tenga paciencia con ellos y les ayude a ponerse al día. Cuando empiecen a mejorar, ¡su autoestima se disparará!
Hay niños que tienen una alta autoestima pero, de repente, ocurre algo que lo cambia todo. Por ejemplo:
Si un niño se muda de casa y no hace amigos inmediatamente en la nueva escuela, podría empezar a sentirse mal.
Un niño también puede ver su autoestima afectada tras el divorcio de sus padres. Puede sentirse poco querido(a) o culpable del divorcio.
Un niño que piensa que está demasiado gordo o delgado puede empezar a creer que eso significa que no es lo suficientemente bueno.
Los cambios corporales de la pubertad ―algo por lo que todo el mundo pasa― puede afectar a la autoestima de un niño.
Elevando tú autoestima
Claro que es normal tener altibajos emocionales, pero no es bueno tener baja autoestima. Sentir que no eres importante puede entristecerte e impedir que pruebes cosas nuevas. Puede impedir que hagas amigos o perjudicar a tu rendimiento escolar. Tener una sólida autoestima también es una parte importante del crecimiento. Cuando creces y tienes que tomar decisiones difíciles ―especialmente por presión social― cuanta más autoestima tengas, mejor. Es importante que sepas lo que vales.
Si crees que tienes baja autoestima, intenta hablar de ello con un adulto en quien confíes. Quizás pueda ayudarte a buscar formas de elevar tu autoestima.
Mientras tanto, aquí te damos algunos consejos para elevar tu autoestima:
Haz una lista de las cosas que se te dan bien. Puede ser dibujar o cantar, practicar un deporte o contar chistes. Si no sabes qué poner en la lista, pide a tus padres que te ayuden. Luego, añade algunas cosas que te gustaría hacer bien. Tu mamá o papá pueden ayudarte a buscar una forma de desarrollar estas habilidades o talentos.
Elógiate tres veces al día. No digas sólo: “Soy genial.” Sé específico, como: “Hoy fui muy buena amiga con Hill” o “El examen me salió mejor de lo que pensaba.” Cuando estés haciendo esto, todas las noches antes de ir a dormir, enumera tres cosas que te hayan hecho realmente feliz ese día.
Recuerda que tu cuerpo es tuyo, sin importar qué forma, tamaño o color tenga. Si te preocupa tu peso o talla, puedes ir al médico para asegurarte de que todo está bien. Recuérdate a ti mismo qué partes de tu cuerpo son buenas, como: “Tengo unas piernas fuertes y sé patinar muy bien.”
Recuerda que hay cosas de ti mismo que no puedes cambiar. Debes aceptarlas y amarlas (como el color de tu piel y el número de calzado) porque son parte de ti.
Cuando escuches comentarios negativos en tu mente, dite: “Deja de hacerlo”. Así le quitarás poder a la voz interior que te desanima.
Si te centras en las cosas buenas que haces y en tus grandes cualidades, aprenderás a amarte y a aceptarte a ti mismo... ¡ingredientes principales para una sólida autoestima! Incluso si aún puedes mejorar (y ¿quién no?), tu autoestima brillará cuando te des cuenta de que eres una persona valiosa e importante.
El Autoestima es quererse a uno mismo y querer a los demás. Significa saber que eres valioso (a), digno (a), que vales la pena y que eres capaz, y afirmarlo. Implica respetarte a ti mismo y enseñar a los demás a hacerlo.
En lo que nos rodea, a medida que nos desarrollamos desde que somos niños, la sociedad nos enseña a poner "etiquetas" de lo que está bien y de lo que no está, en muchos casos, sin tener en cuenta los verdaderos valores que como seres humanos debemos practicar.
En psicología, la autoestima o auto apreciación es la opinión emocional profunda que los individuos tienen de sí mismos, y que sobrepasa en sus causas la racionalización y la lógica de dicho individuo. El término suele confundirse con el término coloquial ego, que referencia en realidad a la actitud ostensible que demuestra un individuo acerca de sí mismo ante los demás, y no la verdadera actitud u opinión emocional que éste tiene de sí.
Concepto Nº2.- Es una fuerza interna que impulsa a la persona a desarrollarse, a poner en práctica sus capacidades de manera que se vaya orientando hacia un equilibrio personal. Pero como la auto aceptación y la autoestima no son innatas, es importante que aprendamos a querernos a nosotros mismos.
Concepto Nº3.- Es la forma en que las personas se sienten con respecto a sí mismas y como se valoran. La autoestima se basa en los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que tenemos a lo largo de nuestra vida.
Renny Yagosesky, autor de "Autoestima en palabras sencillas”, considera que la Autoestima es una función del organismo y un recurso integral y complejo de autoprotección y desarrollo personal. Es un constructo que trasciende la idea básica de autovaloración, y aunque la incluye, va más allá e incorpora aspectos biopsicosociales, pues las debilidades de autoestima afectan la salud, las relaciones y la productividad, mientras que su robustecimiento potencia en la persona global, es decir, su salud, su adaptabilidad social y sus capacidades productivas.
La consecución o mantenimiento de una buena autoestima es una tarea mayor de cualquier psicoterapia, pues suele ser un síntoma recurrente de los variados problemas conductuales humanos, la presencia de actitudes hipercríticas no-racionales hacia sí mismo.
La definición correcta del término autoestima es materia de debate en las diferentes escuelas psicológicas y psiquiátricas, así como en áreas fuera del enfoque científico para el bienestar mental humano. Particularmente en el New Age, las definiciones suelen ir en el sentido de halagar al creyente. Otros psicólogos de la autoestima, como Nathaniel Branden, insisten en la necesidad de reformar las convicciones filosóficas dañinas programadas en el paciente para así poder lograr la curación.
Diferencias entre personas con alta y baja autoestima
Características de una persona con alta autoestima:
Asume responsabilidades
Se siente orgulloso de sus éxitos
Afronta nuevas metas con optimismo
Se cambia a sí misma positivamente
Se quiere y se respeta a sí misma
Rechaza las actitudes negativas
Expresa sinceridad en toda demostración de afecto
Se ama a sí misma tal como es.
No es envidiosa.
Características de una persona con baja autoestima:
Desprecia sus dones
Se deja influir por los demás
No es amable con sigo misma
Se siente impotente
Actúa a la defensiva
Culpa a los demás por sus faltas y debilidades
[editar] Autoestima en pedagogía
El concepto de autoestima ha tenido papeles preponderantes en la toma de decisiones en ciertos sistemas educativos. En particular, a principios de la década de 1990, en Estados Unidos y otros países anglosajones, la autoestima se convirtió en un concepto en boga entre algunos teóricos de la pedagogía. La teoría propuesta en ese entonces, era que la autoestima es una causa de las actitudes constructivas en los individuos, y no su consecuencia, diciéndose que si por ejemplo, un estudiante tiene buena autoestima, entonces tendría buenos resultados académicos. Esta teoría adquirió una gran notoriedad e influencia entre los responsables del sistema educativo estadounidense, pero con escasa o nula validación estadística y revisión científica.
Y sin embargo, a pesar de la carencia de pruebas de tales afirmaciones, los efectos en la forma de estructurar los planes de estudio y los cursos fueron de importantes a mayúsculos. La idea de promover la autoestima de los estudiantes, llevó en algunos lugares a la supresión de cualesquier medida utilizada para distinguir a los mejores estudiantes, para no afectar la autoestima de los que no obtenían buenas notas. Medidas que por lo general obtuvieron resultados contrarios a los que buscaban, al no incentivar el desempeño sino la uniformidad.
Actualmente se ha evidenciado que la promoción de la autoestima, como base de un buen desempeño escolar, es en la mayoría de los casos contraproducente y en ocasiones, lesiva.
Como identificar y ayudar a personas con baja autoestima
La autoestima es nuestra manera de percibirnos y valorarnos. La autoestima es simplemente el motor que moldea nuestras vidas.
Es la base de la salud mental y física de cada persona. Es el concepto que tenemos de nuestras capacidades y nuestro potencial, y no se basa sólo en nuestra forma de ser, sino también en nuestras experiencias a lo largo de la vida. En nuestra autoestima influye lo que nos ha pasado, las relaciones que hemos tenido con los demás y las sensaciones que hemos experimentado. Todo influye en la autoestima que tenemos.
Todos tenemos sentimientos, que según la personalidad de cada uno, puede manifestarse de diferentes maneras. Muchas veces estas manifestaciones dependen de otros factores, como el lugar físico, nuestra vida sentimental y emocional. Esto puede influir positiva o negativamente en la formación de la autoestima.
¿Cómo identificar a personas con baja autoestima?
La confianza en uno mismo, es decir un alto nivel de autoestima, es indispensable para afrontar las dificultades que se nos presentan en la vida y otorga la energía suficiente para arriesgarse, tomar decisiones a pesar de las posibles opiniones en contra y sobre todo nos brinda una sensación de ser dignos de estima.
Una persona con baja autoestima suele ser alguien inseguro, que desconfía de las propias facultades y no quiere tomar decisiones por miedo a equivocarse. Además, necesita de la aprobación de los demás en cada acto que realiza. Suele tener una imagen distorsionada de sí mismo, tanto a lo que se refiere a rasgos físicos como de su valía personal o carácter.
Todo esto le produce un sentimiento de inferioridad y timidez a la hora de relacionarse con los demás. Además, cuando la autoestima es baja, la persona es incluso vulnerable a padecer trastornos psicológicos.
Todos tenemos en el interior sentimientos no resueltos, aunque no siempre seamos conscientes de estos. Los sentimientos ocultos de dolor suelen convertirse en enojo, y con el tiempo volvemos el enojo contra nosotros mismos, dando así lugar a la depresión. La baja autoestima puede asumir muchas maneras: odiarnos a nosotros mismos, ataques de ansiedad, repentinos cambios de humor, culpas, reacciones exageradas, híper sensibilidad, encontrar el lado negativo en situaciones positivas o sentirse impotente y auto destructivo.
Cuando una persona no logra ser autentica se le originan los mayores sufrimientos, tales como, enfermedades psicológicas, la depresión, las neurosis y ciertos rasgos que pueden no llegar a ser patológicos pero crean una serie de insatisfacciones y situaciones de dolor, como por ejemplo, timidez, vergüenza, temores, trastornos psicosomáticos. En definitiva, genera baja autoestima.
Otra de las causas por las cuales las personas llegan a desvalorizarse, es por la comparación con los demás, destacando de éstos las virtudes en las que son superiores: sienten que no llegan a los rendimientos que otros alcanzan; creen que su existencia no tiene una finalidad, un sentido y se sienten incapaces de otorgárselo; sus seres significativos los descalifican y la existencia se reduce a la de un ser casi sin ser. No llegan a comprender que todas las personas son diferentes, por lo que se consideran menos que los demás.
El ambiente familiar, que es el principal factor que influye en la formación de la autoestima, ya que incorpora los valores, reglas y costumbres que a veces suelen ser contraproducentes. Algunos de los aspectos ya mencionados son incorporados, a la familia, por medio del “modelo” que la sociedad nos presenta, y éste es asimilado por todos los grupos sociales. Pero, la personalidad de cada uno, no sólo se forma a través de la familia, sino también, con lo que ésta cree que los demás piensan de ella y con lo que piensa de sí misma, al salir de este ambiente y relacionarse con personas de otro grupo diferente.
¿Cuáles son las cosas que se deben hacer para ayudar a la baja autoestima?
Lo primero y principal es ayudar a que tome conciencia de que está mal y que necesita ayuda. Si ellos no toman conciencia y no deciden hacer algo por su bien, todo lo que hagan los demás va a ser inútil. Pero por lo general nadie ayuda
a nadie, las personas aprenden a ayudarse a sí mismas, con el apoyo de los demás. Luego de que tomen conciencia es conveniente que visiten a un profesional.
En lo cotidiano, debemos buscar por todos los medios alentar a las personas con baja autoestima. Nunca apresurarlo en su toma de decisiones, pero si hacerle ver que si no eleva su autoestima nunca logrará sus metas, sean cuales sean.
La persona con baja autoestima es una persona que necesita constantemente aprobación, por lo que no debemos hacerle ver sus errores de manera brusca. Es mejor enseñar con ejemplos prácticos cómo corregir su conducta errónea, para no dañar más su nivel de autoestima.
La autoestima es un aprendizaje. Requiere quererse y respetarse uno mismo, es algo que se construye o reconstruye por dentro. Esto depende, también, del ambiente familiar, laboral, del círculo de amigos y los estímulos que estos ambientes brinden a la persona con baja autoestima.
Y por último, si ayudamos a alguien a elevar su autoestima, también estaremos aumentando nuestra autoestima al sentirnos útil para los demás.
La Verdad Sobre La Baja Autoestima
1. La baja autoestima es en realidad un trastorno del pensamiento en el cual un individuo se ve a sí mismo como inadecuado, indigno, no digno de amor, y/o incompetente.
2. La baja autoestima debería incluirse en el manual de diagnóstico (que todos los terapeutas utilizan para determinar un diagnóstico). En cambio, con frecuencia se menciona como síntoma de muchos otros trastornos, lo cual es al revés: la baja autoestima es el trastorno, no un simple síntoma.
3. La baja autoestima siempre se forma durante la niñez, cuando un individuo está desarrollando su visión básica de sí mismo y de sus atributos. Una vez formada, la baja autoestima no puede superarse sin atravesar un proceso de recuperación.
4. Una persona no puede simplemente “elevar” su baja autoestima y transformarla en una autoestima saludable. En cambio, una persona tiene que aprender a alterar su visión básica de sí misma y transformar sus pensamientos y actitudes, lo cual no es un proceso simple o una solución mágica.
5. La baja autoestima es un trastorno serio que afecta a millones de personas – tanto hombres como mujeres – destruyendo sus relaciones, paralizándolas por el miedo, y creando vidas que nunca alcanzarán su potencial completo, dejándolas desequilibradas, necesitadas, y frustradas.
6. Desafortunadamente, como el público en general, la mayoría de los terapeutas están mal informados sobre la baja autoestima y sus consecuencias y por lo tanto, no saben cómo tratarla. Muchas personas recurren a terapia por este problema y se van sintiéndose desesperadas sobre sus vidas y desilusionadas con respecto a la terapia.
¿Qué provoca a nivel subatómico la mala autoestima?
La palabra subatómico, sino me equivoco, sirve muy bien en la ciencia para explicar cómo funcionan las cosas en el nivel más pequeño posible, dónde se forman las cosas, es como explicar desde los mismísimos inicios, cuando se entiende algo a nivel subatómico se puede explicar prácticamente todo lo demás y dar muchísimas respuestas, es importante que para mi autoestima comprendamos cómo funciona el autoestima a nivel subatómico y qué es lo que genera una mala autoestima.
La forma en que funciona la autoestima en el mundo moderno es completamente superficial y seguramente ha sido así en la mayor parte de la historia de la humanidad. Las personas tendemos a creer que en el pasado las cosas eran mejores, que vivíamos como reyes o que las cosas eran más justas pero esta percepción es totalmente falsa y es precisamente en esta época cuando vivimos mejor que nunca.
Las personas al vivir en sociedad, cosa totalmente lógica y que es lo que ha hecho avanzar más a la raza humana, tendemos a otorgar a ésta una importancia sobre-desmesurada anteponiéndola a nuestra moral, pensamientos y valores.
Como hemos comentado muchas veces en Verdadera Seducción la mayoría de las personas no elegimos lo que es o no es correcto, dejamos que la sociedad lo decida por nosotros y no es hasta que alguien grita y dice: “¡BASTA!” cuando el resto de personas nos replanteamos la situación. Es esa obsesión social lo que lleva a las personas a decidir quién merece vivir o morir, que es mejor o peor o como hay que comportarse, en definitiva la sociedad lo especifica absolutamente todo de una persona, hasta como tiene que ser su autoestima baja o alta y que tienen que hacer para subirla.
Y repito, digo: “La sociedad decide” porque realmente el autoestima no funciona del modo en que la sociedad te lo pinta. Voy a ponerte unos cuantos ejemplos: Estudiar en la universidad, es bueno, sube tu autoestima, no estudiar en la universidad no está bien visto, tienes más motivos para tener una baja autoestima.
Ser rico es motivo para tener una elevada autoestima y si eres pobre se da por presupuesto que no tendrás tanta autoestima como un rico. Si eres futbolista tu autoestima será enorme, si tienes cualquier otro oficio que no reporte mucha popularidad y dinero como el de un futbolista no. Realmente el autoestima de una persona, “Mi autoestima” (en este caso el tuyo) no la decide quién eres tú sino tu percepción de lo que realmente importa en la vida basado en los demás. ¿Si estuvieras solo en la tierra te importarían las mismas cosas que ahora? A parte de las cosas que tienes que hacer para poder vivir como el trabajar hay ciertas cosas que puramente se hacen por los demás. Muchas personas no hacen algo que realmente les apasiona por las opiniones ajenas.
Es mil veces mejor ser un pintor pobre que un abogado millonario y vacío por dentro que siempre sueña con pintar algún día pero que su excesivo trabajo le ha cogido tanto que no puede hacer otra cosa que trabajar, trabajar y trabajar más sin ningún otro sentido que ganar más y más dinero porque es lo que la sociedad ve bien y lo que la sociedad considera importante. ¿Pero tú realmente que consideras importante?
Tú eres una gran persona, con tus pros y contras, has decidido un camino en la vida y no tiene por qué ser un camino de riqueza, popularidad pero no por ello tienes que despreciarte o creer que mereces menos la pena que un presidente del gobierno, un empresario o cualquier otra persona que según la sociedad se considera que está en la cúspide del glamour social y dónde todos desearíamos estar.
¿Pero qué ocurriría si te situaran al lado del presidente del gobierno de España? ¿Qué ocurriría si a ambos os despojaran de vuestro cargo? Desde ese mismo momento la balanza social os equipararía prácticamente del mismo modo y tal como te digo esto si le sumáramos que todos vuestros patrimonios desaparecieran entonces la balanza estaría más igualada.
Realmente no habría cambiado nada, los dos seguiríais siendo personas humanas, con dos brazos, una cabeza, dos pulmones, un corazón… pero a ambos se os habría despojado de lo que más os da vuestra autoestima. Cuando pienses en “Mi autoestima” y te compares con los demás tienes que pensar y ver a las personas como seres desnudos, sin posesiones y no como personas que se las valora según lo que tienen.
Tú vales mucho como persona tengas el trabajo que tengas, el patrimonio que tengas o tengas lo que tengas, lo único que importa es que dejes de mirar el mundo de un modo superficial y seas capaz de valorar las cosas de un modo objetivo, tal cual son las cosas. Una paradoja que define muy bien cómo valoran las personas las cosas e inclusive a sí mismas es el concepto de los viajes.
Una persona puede ir a la playa de al lado de su casa y estar triste todo el día sin valorar ni por un segundo la magnífica playa que tiene delante de sus narices, un mes más tarde cogerá un viaje para ir a una playa lejana y la disfrutará como el que más, ambas playas son iguales pero la percepción de que irse lejos cuesta dinero, es más glamour y que como está lejos y tu círculo cercano no puede acceder mola más eso condicionará en gran medida tu felicidad y percepción.
Una persona que vive en esa otra playa puede hacer exactamente lo mismo que tú pero en el caso invertido. Ambos cometéis el mismo error y es que dais preferencia a la subjetividad y la superficialidad antes que a la objetividad que es lo que debería definir realmente tu autoestima. Lo ideal sería valorar tanto una playa como la otra y no solo dejarse guiar por la superficialidad.
Tu autoestima es como esa playa que tienes enfrente y que desprecias, lo haces porque no la aprendes a ver y valorar pero ya es hora de que lo hagas, de que te valores por quién eres y no por lo que tienes, de que seas capaz de salir a la calle bien orgulloso de ti mismo, hayas conseguido lo que hayas conseguido.
Padres de familia son mil veces más admirables que ricos, empresarios, actores de Hollywood y muchas otras personas, el tener una vida normal es tan admirable como el estar viajando por todo el mundo cada 2 x 3, Obviamente está mejor viajar y tener dinero pero el no tener acceso a esos caprichos bajo ningún modo debería mermar tu autoestima.
Estos caprichos está bien que realcen tu autoestima pero es completamente inadmisible que el no disponer de ciertos caprichos condene tu autoestima convirtiéndola prácticamente en depresión. Tienes que ser capaz de sentirte una gran persona y que vales mucho hagas lo que hagas, obviamente llevar una vida de esfuerzo y auto superación te hará mucho más merecedor de sentirte así pero el no llevar esa vida no tiene que implicar que te desprecies.
Es obvio que una persona con una moral pésima, egoísta y con muchas cualidades negativas no va a tener una autoestima positiva y creerse la ostia cuando lo único que hace es contaminar a los demás. Pero en este artículo queremos transmitir la esencia de “Mi autoestima” (tu autoestima) que se basa en dejarte estar de cuentos y de rollos, de quién mola más, quién tiene más o quién es más popular y centrarte en ti mismo, aceptarte tal como eres, gustarte a ti mismo y seguir con tu vida pero en vez de con una baja autoestima y con constantes bajones y depresiones, viviendo tu vida como realmente te la mereces vivir, con un alta autoestima positiva y con un alta felicidad.
CONSECUENCIAS DE BAJA AUTOESTIMA
Una baja autoestima puede desarrollar en los niños sentimientos como la angustia, el dolor, la indecisión, el desánimo, la pereza, la vergüenza, y otros malestares. En razón de eso, el mantenimiento de una autoestima positiva es una tarea fundamental a lo largo del crecimiento de los niños.
Dentro de cada uno de nosotros existen sentimientos ocultos que muchas veces no los percibimos. Los malos sentimientos, como el dolor, la tristeza, el rencor, y otros, si no son remediados, acaban por convertirse y ganar formas distintas. Estos sentimientos pueden llevar a una persona no solo a sufrir depresiones continuas, como también a tener complejo de culpabilidad, cambios repentinos del humor, crisis de ansiedad, de pánico, reacciones inexplicables, indecisiones, excesiva envidia, miedos, hipersensibilidad, pesimismo, impotencia, y otros malestares.
FALTA DE INTERÉS Y VALOR PROPIO
Una baja autoestima también puede llevar a una persona a sentirse desvalorada y, en razón de eso, a estar siempre comparándose con los demás, subrayando las virtudes y las capacidades de los demás. Los ven como seres superiores a ella. Siente que jamás llegará a rendir como ellos. Esta postura le puede llevar a no tener objetivos, a no ver sentido en nada, y a convencerse de que es incapaz de lograr cualquier cosa a que se proponga. Lo que le pasa es que no consigue comprender que todos somos distintos y únicos, y que nadie es perfecto. Que todos nos equivocamos y volvemos a empezar.
Es dentro del ambiente familiar, principal factor que influye en la autoestima, donde los niños van creciendo y formando su personalidad. Lo que su familia piensa de él, es de fundamental importancia. En razón de eso, es recomendable que a los padres no se les escapen los logros que conquistan sus hijos. Si el bebé empieza a caminar pero los mayores ven la situación como una obligación y no como una conquista del bebé, la criatura no se sentirá suficientemente estimulada para seguir esforzándose para conseguir otros logros, para superarse.
Lo importante en todo el proceso de crecimiento de nuestros hijos es que demos a ellos la posibilidad de ser, de sentirse bien con ellos mismos. Que nuestro esfuerzo esté vinculado al afecto, al cariño, a la observación, a valorar sus calidades y apoyarle cuando algo va mal. Y para eso es necesario conocerles cada día, favoreciendo los encuentros, las conversaciones, el contacto físico.
La autoestima y la confianza de los adolescentes
Los adolescentes suelen sentirse incómodos. Tienen nuevos cuerpos y mentes en desarrollo y relaciones con amigos y familiares que van cambiando. Entienden por primera vez que no siempre hacen todo bien. Los cambios en sus vidas a veces llegan más rápido que la capacidad para adaptarse a ellos.
La falta de autoestima generalmente se agudiza durante los primeros años de la adolescencia, luego mejora un poco durante los siguientes años a medida que las nuevas identidades se fortalecen y enfocan. A cualquier edad la falta de confianza en sí mismo puede ser un problema serio. Los adolescentes que carecen de autoestima pueden ser solitarios, torpes en su trato con otras personas y muy sensibles a las críticas sobre lo que ellos piensan son sus insuficiencias. Los jovencitos con poca confianza en sí mismos son menos aptos a participar en actividades con sus compañeros y a formar amistades con ellos. Esto los aísla todavía más e impide que desarrollen una mejor imagen de sí mismos. Y cuando entablan amistades, son más vulnerables a la presión negativa de los amigos.
Algunos adolescentes que no tienen confianza en sí mismos dejan de participar en clase. Otros actúan escandalosamente para llamar la atención. En su peor manifestación, la falta de confianza en sí mismos se relaciona con comportamientos autodestructivos y malos hábitos-como fumar, beber alcohol y tomar drogas.
Las chicas adolescentes suelen dudar de sí mismas más que los varones (aunque siempre hay excepciones). Esto se debe a varias razones:
1. La sociedad les da el mensaje que lo importante es que ellas se lleven bien con todos y que sean muy pero muy delgadas y bonitas. La vida puede ser igualmente dura para un jovencito que cree que tiene que cumplir con las expectativas de la sociedad que le dicen que todos los varones deber ser buenos atletas y deben desempeñar bien las actividades físicas.
2. Las adolescentes maduran físicamente dos años más temprano que los varones, lo cual exige que ellas enfrenten asuntos como su apariencia, su popularidad y su sexualidad antes de poseer la madurez emocional para hacerlo.
3. Las chicas adolescentes reciben mensajes confusos sobre la importancia del rendimiento académico. Aunque se les dice que deben fijar metas académicas altas para sí mismas, muchas de ellas temen que a los varones les va a desagradar si ellas parecen ser demasiado inteligentes o capaces, especialmente en las matemáticas, las ciencias y la tecnología.
Si su adolescente sufre por causa de una crisis de confianza en sí mismo por mucho tiempo, es probable que se beneficie al visitar a un consejero u otro profesional. Esto es particularmente cierto si existe un problema con drogas o alcohol, algún problema de aprendizaje, algún desorden alimenticio como la bulimia o la anorexia, o depresión clínica. La mayoría de los adolescentes superarán los periodos de inestabilidad con el paso del tiempo y con su apoyo.
La mayoría de los psicólogos sienten que la autoestima y la confianza en sí mismo representa una variedad de sentimientos que un adolescente tiene sobre sí mismo bajo circunstancias diversas. La sicóloga Susan Harter ha desarrollado una teoría sobre la autoestima que considera la confianza que un adolescente siente sobre algún tipo de actividad y qué tan importante es este tipo de actividad para él. Por ejemplo, los adolescentes pueden reflexionar sobre varias situaciones: competir en el equipo de atletismo, estudiar matemáticas, entablar relaciones románticas, cuidar a sus hermanos menores, y demás. Hay ciertas cosas que el adolescente sentirá mayor confianza en su capacidad de hacer un buen papel que en otras. Quizás se siente muy bien acerca de su atletismo y su conocimiento de las matemáticas, pero se siente mal en lo que a su vida romántica concierne. Quizás también duda que es un buen hermano. Qué tan bien se sentirá este joven dependerá de qué tan importantes son cada uno de estos aspectos de su vida. Si tener novio o novia es lo que más importa, esta persona se sentirá mal. Si lo que más importa es destacar académicamente y en los deportes, entonces lo más probable es que su auto-concepto será bastante bueno. Utilizando esta teoría como base, las mejores maneras de ayudar a que su hijo desarrolle confianza en sí mismo son las siguientes:
Dele oportunidades para tener éxito. Como señala la maestra Diane Crim, "La mejor manera de fomentar la confianza en sí mismo en alguien es ofreciéndoles oportunidades para tener éxito. Hay que facilitarles el éxito-dándoles experiencias a través de las cuales puedan ver todo el poder que tienen. Los muchachos pueden ingeniárselas con estas experiencias. Parte de lo que crea la confianza es el saber qué hacer cuando uno no sabe qué hacer".
Ayude a su hijo a fomentar la confianza en sus propias habilidades al alentarlo a tomar una clase de arte, actuar en una obra de teatro, jugar en un equipo de fútbol o béisbol, a participar en ferias de ciencias o clubes de computación, o tocar un instrumento musical-cualquier cosa que disfrute y que le ayude a destacar sus mejores rasgos. No empuje una actividad específica a la fuerza. La mayoría de los niños, no importa si tienen 3 o 13 años de edad, resisten los esfuerzos por obligarlos a hacer cosas que no disfrutan. Si se les empuja a hacer cosas que ellos no han escogido hacer, lo que resulta es simplemente frustración. Trate de balancear las experiencias de su hijo entre las actividades que ya sabe desempeñar bien y actividades nuevas o actividades en las que todavía no se destaca.
Usted también le puede ayudar a fomentar la confianza en sí mismo al darle tareas y responsabilidades familiares en las cuales puede tener éxito-guardando los trastes, limpiando su cuarto o cortando el césped.
Ayúdelos a sentirse seguros y confiar en sí mismos. La capacidad de los jóvenes para confiar en sí mismos proviene del amor incondicional de sus padres que les ayuda a sentirse seguros mientras que desarrollan la habilidad para resolver sus propios problemas. Su hijo, tal como todos los jovencitos, se enfrentará a situaciones que exigirán que confíe en usted y en otras personas. Pero si siempre se vale de su ayuda para zafarse de las situaciones difíciles, acabará con un desarrollo emocional impedido. "Debemos enseñarles a nuestros niños cómo adaptarse a los problemas que se les presentan, en vez de siempre abrirles el paso," dice la maestra Anne Jolly.
Hablen sobre las ansiedades relacionadas a la violencia escolar y el terrorismo mundial. Muchos jovencitos han sido expuestos a imágenes terribles de muere y destrucción en la televisión y en el Internet. Usted puede ayudar a que su hijo comprenda que aunque nuestro país ha sufrido horribles golpes de terror, somos un pueblo fuerte que puede unirse y apoyarse mutualmente en tiempos difíciles. Además, usted puede:
Crear un ambiente calmado en su hogar y en su propio comportamiento. Si su familia ha sido directamente afectada por un ataque terrorista o violencia, quizás esto resulte difícil. Si usted se siente ansioso, necesita explicarle a su hijo qué está sintiendo y por qué. Los niños y los jóvenes se dejan guiar por las señales emocionales que emiten sus seres queridos.
Escuche cuidadosamente a lo que su hijo dice. Asegúrele que los adultos en el mundo están trabajando para incrementar la seguridad en las casas y las escuelas.
Ayude a su hijo a discernir entre la ficción y los hechos. Hablen sobre los hechos y eviten adivinar, exagerar o reaccionar excesivamente.
Supervise el uso de la televisión, la radio y el Internet. Evite que su hijo vea demasiadas imágenes violentas, las cuales pueden aumentar su ansiedad.
Use ejemplos de la historia (por ejemplo Pearl Harbor o la explosión del trasbordador espacial Challenger) para explicarle que a veces cosas malas le suceden a los inocentes, pero que las personas siguen adelante con sus vidas y resuelven situaciones terribles en sus vidas.
Mantenga las rutinas familiares tan constantes como sea posible.
Dele elogios y aliéntelo. Los elogios significan mucho para los adolescentes cuando provienen de quienes más quieren y en quienes se apoyan-sus padres y otros adultos importantes en sus vidas. Al elogiar a su hijo usted fomenta su confianza en sí mismo. Pero no olvide que al halagarlo debe ser sincero. Se va a dar cuenta muy fácilmente si no lo es.
Tenga paciencia con tu hijo adolescente
Como adultos, la mayoría de las personas han desarrollado la confianza en sí mismos, la cual proviene de años de experiencia con el éxito, pero también después de varios años de explorar sus puntos fuertes y débiles al enfatizar diferentes aspectos de sus vidas. La mayoría de nosotros seríamos muy infelices si tuviéramos que hacer solo aquellas cosas que hacemos mal. Como adultos tendemos a encontrar nuestros puntos fuertes y-tanto como nos es posible-enfatizamos estas áreas más que las otras. Para un adolescente es muy difícil minimizar las áreas en las que no se siente seguro. Por ejemplo, es muy difícil hasta para un adolescente que se destaca bien académicamente enfocarse en la escuela en vez de encontrar pareja si todos sus amigos tienen novias y le hablan constantemente acerca de la importancia de tener a alguien especial. Esto puede ser muy frustrante para los padres. Usted sabe bien que si tiene o no pareja para salir el próximo sábado no es lo que más importa a largo plazo, pero también puede ver que en este momento él no lo puede ver así.
La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. En resumen, es la percepción evaluativa de uno mismo.1
La importancia de la autoestima estriba en que concierne a nuestro ser, a nuestra manera de ser y al sentido de nuestra valía personal. Por lo tanto, puede afectar a nuestra manera de estar y actuar en el mundo y de relacionarnos con los demás. Nada en nuestra manera de pensar, de sentir, de decidir y de actuar escapa a la influencia de la autoestima.1
Abraham Maslow, en su jerarquía de las necesidades humanas, describe la necesidad de aprecio, que se divide en dos aspectos, el aprecio que se tiene uno mismo (amor propio, confianza, pericia, suficiencia, etc.), y el respeto y estimación que se recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación, etc.). La expresión de aprecio más sana según Maslow es la que se manifiesta «en el respeto que le merecemos a otros, más que el renombre, la celebridad y la adulación».2
Carl Rogers, máximo exponente de la psicología humanista, expuso que la raíz de los problemas de muchas personas es que se desprecian y se consideran seres sin valor e indignos de ser amados; de ahí la importancia que le concedía a la aceptación incondicional del cliente.1 En efecto, el concepto de autoestima se aborda desde entonces en la escuela humanista como un derecho inalienable de toda persona, sintetizado en el siguiente «axioma»:
Todo ser humano, sin excepción, por el mero hecho de serlo, es digno del respeto incondicional de los demás y de sí mismo; merece estimarse a sí mismo y que se le estime.1
En virtud de este razonamiento, incluso los seres humanos más viles merecen un trato humano y considerado. Esta actitud, no obstante, no busca entrar en conflicto con los mecanismos que la sociedad tenga a su disposición para evitar que unos individuos causen daño a otros—sea del tipo que sea—.1
El concepto de autoestima varía en función del paradigma psicológico que lo aborde (psicología humanista, psicoanálisis, o conductismo). Desde el punto de vista del psicoanálisis, la autoestima está íntimamente relacionada con el desarrollo del ego; por otro lado, el conductismo se centra en conceptos tales como «estímulo», «respuesta», «refuerzo», «aprendizaje», con lo cual el concepto holístico de autoestima no tiene sentido. La autoestima es además un concepto que ha traspasado frecuentemente el ámbito exclusivamente científico para formar parte del lenguaje popular. El budismo considera al ego una ilusión de la mente, de tal modo que la autoestima, e incluso el alma, son también ilusiones; el amor y la compasión hacia todos los seres con sentimientos y la nula consideración del ego, constituyen la base de la felicidad absoluta. En palabras de Buda, «no hay un camino hacia la felicidad, la felicidad es el camino».3
Fundamentos de la autoestima
La capacidad de desarrollar una confianza y un respeto saludables por uno mismo es propia de la naturaleza de los seres humanos, ya que el solo hecho de poder pensar constituye la base de su suficiencia, y el único hecho de estar vivos es la base de su derecho a esforzarse por conseguir felicidad. Así pues, el estado natural del ser humano debería corresponder a una autoestima alta. Sin embargo, la realidad es que existen muchas personas que, lo reconozcan o no, lo admitan o no, tienen un nivel de autoestima inferior al teóricamente natural.4
Ello se debe a que, a lo largo del desarrollo, y a lo largo de la vida en sí, las personas tienden a apartarse de la auto conceptualización [y conceptualización] positivas, o bien a no acercarse nunca a ellas; los motivos por los que esto ocurre son diversos, y pueden encontrarse en la influencia negativa de otras personas, en un autocastigo por haber faltado a los valores propios [o a los valores de su grupo social], o en un déficit de comprensión o de compasión por las acciones que uno realiza4 [y, por extensión, de las acciones que realizan los demás].
John Powell, conocido divulgador de psicología,5 confiesa en uno de sus libros que, cuando alguien le alaba sinceramente, él, en lugar de atenuar sus propios méritos, como suele hacerse, responde: «extiéndase, por favor, extiéndase». Respuesta que, por insólita, suele hacer reír a la audiencia cuando se cuenta en público. Y también hace pensar.1
Grados de autoestima
En virtud de ello, las personas pueden presentar en esencia uno de tres estados:
• Tener una autoestima alta equivale a sentirse confiadamente apto para la vida, o, usando los términos de la definición inicial, sentirse capaz y valioso; o sentirse aceptado como persona.4
• Tener una baja autoestima es cuando la persona no se siente en disposición para la vida; sentirse equivocado como persona.4
• Tener un término medio de autoestima es oscilar entre los dos estados anteriores, es decir, sentirse apto e inútil, acertado y equivocado como persona, y manifestar estas incongruencias en la conducta —actuar, unas veces, con sensatez, otras, con irreflexión—-, reforzando, así, la inseguridad.[4]
En la práctica, y según la experiencia de Nathaniel Branden, todas las personas son capaces de desarrollar la autoestima positiva, al tiempo que nadie presenta una autoestima totalmente sin desarrollar. Cuanto más flexible es la persona, tanto mejor resiste todo aquello que, de otra forma, la haría caer en la derrota o la desesperación.4
Escalera de la autoestima
Autor reconocimiento: Es reconocerse a sí mismo, reconocer las necesidades, habilidades, potencialidades y debilidades, cualidades corporales o psicológicas, observar sus acciones, como actúa, por qué actúa y qué siente.
Auto aceptación: Es la capacidad que tiene el ser humano de aceptarse como realmente es, en lo físico, psicológico y social; aceptar cómo es su conducta consigo mismo y con los otros. Es admitir y reconocer todas las partes de sí mismo como un hecho, como forma de ser y sentir.
Por auto aceptación se entiende:
1. El reconocimiento responsable, ecuánime y sereno de aquellos rasgos físicos y psíquicos que nos limitan y empobrecen, así como de aquellas conductas inapropiadas y/o erróneas de las que somos autores.1
2. La consciencia de nuestra dignidad innata como personas que, por muchos errores o maldades que perpetremos, nunca dejaremos de ser nada más y nada menos que seres humanos falibles.1
En palabras de Albert Ellis:
'Auto aceptación' quiere decir que la persona se acepta a sí misma plenamente y sin condiciones, tanto si se comporta como si no se comporta inteligente, correcta o competentemente, y tanto si los demás le conceden como si no le conceden su aprobación, su respeto y su amor.1
Autovaloración: Refleja la capacidad de evaluar y valorar las cosas que son buenas de uno mismo, aquellas que le satisfacen y son enriquecedoras, le hacen sentir bien, le permiten crecer y aprender. Es buscar y valorar todo aquello que le haga sentirse orgulloso de sí mismo.
Autor respeto: Expresar y manejar en forma conveniente sentimientos y emociones, sin hacerse daño ni culparse. El respeto por sí mismo es la sensación de considerarse merecedor de la felicidad, es tratarse de la mejor forma posible, no permitir que los demás lo traten mal; es el convencimiento real de que los deseos y las necesidades de cada uno son derechos naturales, lo que permitirá poder respetar a los otros con sus propias individualidades.
Auto superación: Si la persona se conoce es consciente de sus cambios, crea su propia escala de valores, desarrolla y fortalece sus capacidades y potencialidades, se acepta y se respeta; está siempre en constante superación, por lo tanto, tendrá un buen nivel de autoestima, generando la capacidad para pensar y entender, para generar, elegir y tomar decisiones y resolver asuntos de la vida cotidiana, escuela, amigos, familia, etc. Es una suma de pequeños logros diarios.
Autoeficacia y auto dignidad
La autoestima tiene dos aspectos interrelacionados:6
1. Un sentido de eficacia (autoeficacia)
2. Un sentido de mérito personal (auto dignidad)
Autoeficacia: confiar en el funcionamiento de mi mente, capacidad de pensar, en los procesos por los cuales juzgo, elijo, decido; confianza en la capacidad de comprender los hechos de la realidad que entran en la esfera de mis intereses y necesidades; confianza conocedora en uno mismo.
Auto dignidad: seguridad de mi valor; una actitud afirmativa hacía mi derecho de vivir y felicidad.
Autoeficacia y auto dignidad son los pilares duales de la autoestima. La falta de alguno de ellos afecta enormemente; representan la esencia del autoestima.
Importancia de la autoestima positiva
Es imposible la salud psicológica, a no ser que lo esencial de la persona sea fundamentalmente aceptado, amado y respetado por otros y por ella misma.1
La autoestima permite a las personas enfrentarse a la vida con mayor confianza, benevolencia y optimismo, y por consiguiente alcanzar más fácilmente sus objetivos y autor realizarse.4
Permite que uno sea más ambicioso respecto a lo que espera experimentar emocional, creativa y espiritualmente. Desarrollar la autoestima es ampliar la capacidad de ser felices; la autoestima permite tener el convencimiento de merecer la felicidad.[4]
Comprender esto es fundamental, y redunda en beneficio de todos, pues el desarrollo de la autoestima positiva aumenta la capacidad de tratar a los demás con respeto, benevolencia y buena voluntad, favoreciendo así las relaciones interpersonales enriquecedoras y evitando las destructivas.4
El amor a los demás y el amor a nosotros mismos no son alternativas opuestas. Todo lo contrario, una actitud de amor hacia sí mismos se halla en todos aquellos que son capaces de amar a los demás.
Permite la creatividad en el trabajo, y constituye una condición especialmente crítica para la profesión docente.[7] [n. 1]
José-Vicente Bonet,8 en su libro Sé amigo de ti mismo: manual de autoestima, recuerda que la importancia de la autoestima es algo evidente:
La importancia de la autoestima se aprecia mejor cuando cae uno en la cuenta de que lo opuesto a ella no es la heteroestima, o estima de los otros, sino la desestima propia, rasgo característico de ese estado de suma infelicidad que llamamos «depresión». Las personas que realmente se desestiman, se menosprecian, se malquieren..., no suelen ser felices, pues no puede uno desentenderse u olvidarse de sí mismo.1
Sexismo y autoestima
El sexismo (juzgar el propio sexo como superior) puede perjudicar gravemente la autoestima, sobre todo la de las niñas y los niños.6
La autoestima no tiene nada que ver con la cultura, la clase social, los bienes materiales o incluso el éxito. En los países civilizados y ricos, y específicamente en las sociedades capitalistas, es frecuente sentirse «incompleto», peor que otros. El propio sistema fuerza a la gente a sentirse así.] La comodidad no es autoestima
A una persona con la autoestima baja —o «equivocada», según la terminología de Branden—, cualquier estímulo positivo, a lo más que podrá llegar, será a hacerla sentir cómoda o, a lo sumo, mejor con respecto a sí misma únicamente durante un tiempo.[4] Por lo tanto, los bienes materiales, o las relaciones sexuales, o el éxito, o el aspecto físico, por sí solos, producirán sobre esa persona comodidad, o bien un falso y efímero desarrollo de la autoestima, pero no potenciarán realmente la confianza y el respeto hacia uno mismo.] La autoestima no es competitiva ni comparativa
Paradójicamente, la mayoría de las personas buscan la autoconfianza y el autor respeto fuera de sí mismas, motivo por el cual están abocadas al fracaso. Según Nathaniel Branden, «la autoestima se comprende mejor como una suerte de logro espiritual o mental, es decir, como una victoria en la evolución de la conciencia». Así, la autoestima proporciona serenidad espiritual, la cual a su vez permite a las personas disfrutar de la vida.4
El estado de una persona que no está en guerra ni consigo misma ni con los demás es una de las características más significativas de una autoestima sana.
La verdadera autoestima no se expresa mediante el auto glorificación a expensas de los demás, o por medio del afán de ser superior a otras personas o de rebajarlas para elevarse uno mismo. La arrogancia, la jactancia y la sobrevaloración de las propias capacidades revelan una autoestima equivocada, y no un exceso de autoestima.4 1 La autoestima es la base fundamental para que el ser humano desarrolle al máximo sus capacidades, es el punto de partida para el desarrollo positivo de las relaciones humanas, del aprendizaje, de la creatividad y de la responsabilidad personal.9
La autoestima no es narcisismo
Un error común consiste en pensar que el amor a uno mismo es equivalente al. Narcisismo Sin embargo, el narcisismo es un síntoma de baja autoestima, lo cual significa desamor por uno mismo. Una persona con una autoestima saludable se acepta y ama a sí misma incondicionalmente. Conoce sus virtudes, pero también sus defectos. A pesar de ello, es capaz de aceptar tanto las virtudes como los defectos y vivir amándose a sí misma. Por el contrario, una persona narcisista no es capaz de conocer y/o aceptar sus defectos, que siempre trata de ocultar, al tiempo que intenta amplificar sus virtudes ante los demás para, en el fondo, tratar de convencerse a sí misma de que es una persona de valor y tratar de dejar de sentirse culpable por sus defectos.
Indicadores de autoestima
La persona que se autoestima suficientemente:1
1. Cree con firmeza en ciertos valores y principios, y está dispuesta a defenderlos incluso aunque encuentre oposición. Además, se siente lo suficientemente segura de sí misma como para modificarlos si la experiencia le demuestra que estaba equivocada.
2. Es capaz de obrar según crea más acertado, confiando en su propio criterio, y sin sentirse culpable cuando a otros no les parezca bien su proceder.
3. No pierde el tiempo preocupándose en exceso por lo que le haya ocurrido en el pasado ni por lo que le pueda ocurrir en el futuro. Aprende del pasado y proyecta para el futuro, pero vive con intensidad el presente.
4. Confía plenamente en su capacidad para resolver sus propios problemas, sin dejarse acobardar fácilmente por fracasos y dificultades. Y, cuando realmente lo necesita, está dispuesta a pedir la ayuda de otros.
5. Como persona, se considera y siente igual que cualquier otro; ni inferior, ni superior; sencillamente, igual en dignidad; y reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio profesional o posición económica.
6. Da por sentado que es interesante y valiosa para otras personas, al menos para aquellos con los que mantiene amistad.
7. No se deja manipular, aunque está dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.
8. Reconoce y acepta en sí misma diferentes sentimientos y pulsiones, tanto positivas como negativas, y está dispuesta a revelárselos a otra persona, si le parece que vale la pena y así lo desea.
9. Es capaz de disfrutar con una gran variedad de actividades.
10. Es sensible a los sentimientos y necesidades de los demás; respeta las normas sensatas de convivencia generalmente aceptadas, y entiende que no tiene derecho —ni lo desea— a medrar o divertirse a costa de otros.
Indicios negativos de autoestima
La persona con autoestima deficiente suele manifestar algunos de los siguientes síntomas:[1]
• Autocrítica rigorista, tendente a crear un estado habitual de insatisfacción consigo misma.
• Hipersensibilidad a la crítica, que la hace sentirse fácilmente atacada y a experimentar resentimientos pertinaces contra sus críticos.
• Indecisión crónica, no tanto por falta de información, sino por miedo exagerado a equivocarse.
• Deseo excesivo de complacer: no se atreve a decir «no», por temor a desagradar y perder la benevolencia del peticionario.
• Perfeccionismo, o auto exigencia de hacer «perfectamente», sin un solo fallo, casi todo cuanto intenta; lo cual puede llevarla a sentirse muy mal cuando las cosas no salen con la perfección exigida.
• Culpabilidad neurótica: se condena por conductas que no siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y delitos y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar a perdonarse por completo
• Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aun por cosas de poca importancia; propia del supercrítico a quien todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.
• Tendencias defensivas, un negativo generalizado (todo lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, su sí mismo) y una inapetencia generalizada del gozo de vivir y de la vida misma.
Repercusión de los desequilibrios de autoestima en adolescentes
Los desequilibrios de autoestima pueden presentarse de formas como las siguientes:10
Trastornos psicológicos:
• Ideas de suicidio
• Falta de apetito
• Pesadumbre
• Poco placer en las actividades
• Pérdida de la visión de un futuro
• Estado de ánimo triste, ansioso o vacío persistente
• Desesperanza y pesimismo
• Culpa, inutilidad y desamparo como sentimientos
• Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones
• Trastornos en el sueño
• Inquietud, irritabilidad
• Dolores de cabeza
• Trastornos digestivos y náuseas
Trastornos afectivos:
• Dificultad para tomar decisiones
• Enfoque vital derrotista
• Miedo
• Ansiedad
• Irritabilidad
Trastornos intelectuales:
• Mala captación de estímulos
• Mala fijación de los hechos de la vida cotidiana
• Dificultad de comunicación
• Autoevaluación
• Incapacidad de enfrentamiento
• Ideas o recuerdos repetitivos molestos
Trastornos de conducta:
• Descuido de las obligaciones y el aseo personal
• Mal rendimiento en las labores
• Tendencia a utilizar sustancias nocivas
Trastornos somáticos:
• Insomnio
• Inquietud en el sueño
• Anorexia
• Bulimia
• Vómitos
• Tensión en músculos de la nuca
• Enfermedades del estómago
• Alteraciones en la frecuencia del ritmo cardíaco
• Mareos
• Náuseas
Breve reseña histórica
• La autoestima, como vivencia psíquica, ha acompañado al ser humano desde sus comienzos.1
• El constructo psicológico de autoestima (o auto concepto) se remonta a William James, a finales del siglo XIX, quien, en su obra Los Principios de la Psicología, estudiaba el desdoblamiento de nuestro «Yo-global» en un «Yo-conocedor» y un «Yo-conocido». Según James, de este desdoblamiento, del cual todos somos conscientes en mayor o menor grado, nace la autoestima.1
• Ya entrado el siglo XX, la influencia inicial de la psicología conductista minimizó el estudio introspectivo de los procesos mentales, las emociones y los sentimientos, reemplazándolo por el estudio objetivo mediante métodos experimentales de los comportamientos observados en relación con el medio. El conductismo situaba al ser humano como un animal sujeto a reforzadores, y sugería situar a la propia psicología como una ciencia experimental similar a la química o a la biología. Como consecuencia, se descuidó durante bastante tiempo el estudio sistemático de la autoestima, que era considerada una hipótesis poco susceptible de medición rigurosa.[1]
• A mediados del siglo XX, y con la psicología fenomenológica y la psicoterapia humanista, la autoestima volvió a cobrar protagonismo y tomó un lugar central en la autorrealización personal y en el tratamiento de los trastornos psíquicos. Se empezó a contemplar la satisfacción personal y el tratamiento psicoterapéutico, y se hizo posible la introducción de nuevos elementos que ayudaban a comprender los motivos por los que las personas tienden a sentirse poco valiosas, desmotivadas e incapaces de emprender por ellas mismas desafíos.1
• Carl Rogers, máximo exponente de la psicología humanista, expuso su teoría acerca de la aceptación y auto aceptación incondicional como la mejor forma de mejorar la autoestima.
• Robert B. Burns considera que la autoestima es el conjunto de las actitudes del individuo hacia sí mismo. El ser humano se percibe a nivel sensorial; piensa sobre sí mismo y sobre sus comportamientos; se evalúa y los evalúa. Consecuentemente, siente emociones relacionadas consigo mismo. Todo ello evoca en él tendencias conductuales dirigidas hacia sí mismo, hacia su forma de ser y de comportarse, y hacia los rasgos de su cuerpo y de su carácter, y ello configura las actitudes que, globalmente, llamamos autoestima. Por lo tanto, la autoestima, para Burns, es la percepción evaluativa de uno mismo. En sus propias palabras: «la conducta del individuo es el resultado de la interpretación peculiar de su medio, cuyo foco es el sí mismo».1
• Investigadores como Coopersmith (1967), Brinkman et al. (1989), López y Schnitzler (1983), Resembre y Collarte, si bien exponen conceptualizaciones de la autoestima diferentes entre sí, coinciden en algunos puntos básicos, como que la autoestima es relevante para la vida del ser humano y que constituye un factor importante para el ajuste emocional, cognitivo y práctico de la persona.7 Agrupando las aportaciones de los autores citados, se obtendría una definición conjunta como la siguiente:
La autoestima es una competencia específica de carácter socio-afectivo que constituye una de las bases mediante las cuales el sujeto realiza o modifica sus acciones. Se expresa en el individuo a través de un proceso psicológico complejo que involucra a la percepción, la imagen, la estima y el auto concepto que éste tiene de sí mismo. En este proceso, la toma de conciencia de la valía personal se va construyendo y reconstruyendo durante toda la vida, tanto a través de las experiencias vivenciales del sujeto, como de la interacción que éste tiene con los demás y con el ambiente.7
La autoestima en el mundo real
En la práctica, la autoestima, al depender en parte de la heteroestima, se ve intensamente influida por las condiciones sociales.[11] El concepto que una persona tiene de sí misma y de los demás, y lo que una persona siente por sí misma y por los demás, son la base de las relaciones humanas, y por lo tanto, decisivos para las contingencias del ser humano. Lejos del concepto ideal de autoestima que la psicología humanista propugna, desligada completamente del ego, las personas normalmente conviven con éste, debiendo lidiar continuamente con sus consecuencias, o, dicho de otro modo, el altruismo puro, salvo en personas de gran bondad y dedicadas íntegramente al desarrollo espiritual, raramente se encuentra. La cultura, la política, la economía, la sociedad, la historia misma, están determinadas por la autoestima de las personas, y al mismo tiempo son determinantes. Nada escapa a la influencia de la autoestima, ni siquiera la propia concepción de la autoestima. Por ello, y para evitar confusiones, deberá valorarse el concepto de autoestima de forma diferente según cada ideología.
El concepto capitalista de la autoestima: críticas y controversia
El concepto de autoestima, tal como se entiende en la sociedad norteamericana, donde, con fundamentos psicoanalíticos, se rinde culto al ego y se admite en gran medida el narcisismo (incluso se habla de «narcisismo saludable»),[12] ha sido criticado desde diferentes campos, y especialmente por figuras como el Dalái Lama, Carl Rogers, Paul Tiliche y Alfred Korzybski.
Tal vez las críticas teóricas y operativas más duras provengan del psicólogo estadounidense Albert Elliss, quien en numerosas ocasiones ha calificado la filosofía de la autoestima como esencialmente auto frustrante y destructivo en última instancia.18 Ellis considera que, aunque la propensión y tendencia del ser humano hacia el ego es innata, la filosofía de la autoestima aparece en un análisis definitivo como irreal, ilógica y destructiva para el individuo y para la sociedad, proporcionando más daño que beneficio. Cuestiona los fundamentos y la utilidad de la fuerza del ego, y afirma que la autoestima está basada en premisas definitorias arbitrarias, y sobre un pensamiento sobre-generalizado, perfeccionista y ostentoso.18 Admite que la consideración y valoración de los comportamientos y características son funcionales e incluso necesarios, pero ve la consideración y valoración de la totalidad de los seres humanos y la totalidad de uno mismo como irracionales, antiéticas y absolutistas. Según Ellis, la alternativa más saludable es la auto aceptación y aceptación de los demás de forma incondicional. Utiliza una psicoterapia denominada Ratinar E motive Beaver Therapy («terapia de comportamiento emotivo racional»).
MEJORAR ¿CÓMO RECUPERAR LAS TÉCNICAS PARA EL AUTOESTIMA?
BUSCA DENTRO DE TI:
o ESCÚCHATE A TI MISMO MAS QUE A LOS DEMÁS: Analiza con cuidado las opiniones de los demás sobre ti, tú y solo tú eres quien debe tomar la última decisión acerca de ti.
o CONVIERTE LO NEGATIVO EN POSITIVO: Nunca pierdas las ganas de pensar en positivo, invierte todo lo que parezca mal o que no tiene solución, ej.
MENSAJES NEGATIVOS CONVERTIDOS EN AFIRMACIONES
"No hables" "Tengo cosas importantes que decir"
"¡No puedo hacer nada!" "Tengo éxito cuando me lo propongo"
"No esperes demasiado" "Haré realidad mis sueños"
"No soy suficientemente bueno" "¡Soy bueno!"
o DATE UNA OPORTUNIDAD Y RECONOCE TUS CUALIDADES: Puedes pensar en 5 ejemplos que te hace especial. P. ej.: Soy sincero, mis jefes siempre confían en mí, amigable, me encanta bailar, experto en la cocina. Siempre tenemos cualidades en que podemos destacar, algunas hasta el momento ni siquiera las hemos descubierto.
o ACÉPTATE TAL COMO ERES, SIN APROBAR DENTRO DE TI LOS COMPORTAMIENTOS BAJOS: La aceptación es la base de la seguridad, la confianza, el amor y el autoestima. Aceptarse a sí mismo implica conocerse, que importa si el lunar que tienes en la cara no "le guste" a los demás, analiza el resto de las partes de tu cuerpo y verás que ellas están funcionando bien. Me debo comportar a mi manera siempre que ello no moleste a los demás.
o ACEPTA TUS SENTIMIENTOS: Cuando alguien te hace una broma, sonríe. Trata de disfrutar prácticamente de todo. Y si a veces hay cosas que te puedan poner triste, piensa que eso es pura casualidad, y que eso tendrá que pasar porque la vida se a inventado para vivirla lo mejor que podamos.
"Todo viaje tiene un destino secreto que el viajero ignora"
o CUIDA DE TI MISMO (A): Aprende a ser independiente, y a no depender de los demás. Las parejas sobreviven más tiempo cuando ambos tratan de ser lo más independientes el uno del otro.
o ATIENDE TUS NECESIDADES: Alimento, agua, vestido; seguridad y cobijo; querer y pertenecer; autoestima, y la autorrealización. De vez en cuando no estaría mal que te dieras el gusto de ir a lugares que son una postergación para ti, aunque resulten caros, pero atiende tus necesidades, p.a.: si una de ellas es comerte un plato exótico que solo lo encuentras en algún restaurante caro, hazlo aunque sea una vez en meses, pero date ese gusto. No debemos ser posterga dores del presente si para ello no hay una razón importante.
o ALIMENTA TU CUERPO ALIMENTA TU ESPÍRITU: La salud mental y física caminan de la mano. Salud mental es estar sonriente, es llegar a tiempo, es evitar la tristeza, es sentirse cómodo en cualquier momento. La salud física está relacionado con la práctica de un estilo de vida saludable: No drogas, "comer para vivir y no vivir para comer", y la práctica de un deporte sano. La risa es uno de las formas de tratamiento en algunos hospitales.
o MANTENTE EN MOVIMIENTO: El ejercicio te hace sentir bien, las "endorfinas se elevan con la práctica del ejercicio", y nos sentimos bien. No esta demás el gimnasio, los aeróbicos, la natación, algún deporte de competencia, o simplemente salir a caminar.
o DEJA DE HACERLO: Deja de usar sustancias psicoactivas (drogas). Si consumes alcohol hacerlo con moderación. Si fumas deberías dejar de hacerlo. Ahora existen terapias antitabaquismo de mucho éxito (chicles, parches, bupropion, etc.), nunca es tarde para empezar una vida sana. La autoestima es quererse a uno mismo, y quererse a uno mismo es optar por una buena salud.
o EXAMINA TUS VERDADES: Piensa que en un accidente de tránsito donde hubo muchos testigos, probablemente cada uno de los testigos de una versión diferente; ¿cuáles son tus primeras decisiones o "verdades que recuerdas haber tomado en la vida?... ¿cuáles son tus creencias respecto del amor?, ¿de los niños?, ¿de la autoridad?, ¿de Dios?, ¿de los políticos?
o LA VERGÜENZA: La vergüenza es un sentimiento profundo que te inmoviliza. Los más desvergonzados son los niños. La vergüenza deriva en debilidad, incompetencia, incapacidad; entonces?... ¿investiga quién te juzga? y sepárate de esa fuente.
o EL AMOR DENTRO DE TI: Tienes unos segundos para pensar en tu primer amor..., te recuerdas aquello?, pero me temo que los recuerdos que tengas no hayan sido de tu primer amor, es que el primer amor es uno mismo, si quieres que la gente te quiera, te respete, te de amor,... primero ámate a ti mismo e irradia felicidad. Cuando estés frente a un espejo simplemente sonríe. La felicidad nace de uno mismo, y puede nacer hasta de las pequeñas cosas que a ti te suceden, es cuestión de aprender a sentirla.
o DESCUBRE Y RECLAMA LAS PARTES QUE TE FALTAN: Cada persona tiene distintos aspectos del Yo. Algunos son visibles, otros no lo son. Si tengo miedo para hablar en público es una debilidad, si dejo el miedo se convierte en una fortaleza. Quizá tienes habilidades para la pintura y hasta ahora no lo sabes. El hombre nunca termina de aprender.
o PENSAR EN TODO O EN NADA: No debemos pensar en que todo es blanco o es negro, eso te crea ansiedad. Nadie es perfecto, porque todos somos diferentes, algunos tenemos unas cualidades en las que destacamos mejor que otros.
o ALIVIAR LA TENSIÓN: El estrés es una epidemia en estos momentos, como aliviarlo?, pasa algún momento a solas durante el día, tomate unas mini-vacaciones durante el día, e imagina que estas en una playa maravillosa. Duerme lo suficiente. Practica algún deporte.
o RESPIRA: Cuando tengas una preocupación respira profundamente y plantea soluciones.
o ABANDONA LA IRA: La ira es un momento de locura. En relación a la ira, más que saber enfrentarla, es aprender a no sentirla. Antes de llegar a ponerte de cólera, piensa si merece la pena; cuenta hasta diez y respira profundamente.
o ELIGE TUS MOMENTOS: Cada ser humano tiene derecho a elegir el momento de estar en soledad y el momento de estar con los amigos, con el novio (a), con el esposo (a), o con los familiares; se tú quien debe decidir, sin que ello lleve a algún enfrentamiento.
"La historia ha demostrado que los más notables triunfadores superaron enormes obstáculos antes de lograr el éxito: Lo lograron porque se rehusaron a rendirse después de sus derrotas".
BUSCA FUERA DE TI:
• LA CONFIANZA: Cuando nos perciben como dignos de confianza, los demás estarán dispuestos a ser honestos y abiertos con nosotros. Di elogios con honestidad. Acepta y respeta las diferencias. Respeta tus fronteras y las fronteras de los demás.
• JUEGA MAS: Haz del momento de la diversión una prioridad, hoy y todos los días. Es bueno jugar con los niños algunas veces. Motívate con el trabajo que realizas, ríete de ti mismo si quieres, ríe en soledad... reír en soledad no es una locura cuando uno es consciente de lo que le motiva reírse.
• APRENDE A ESCUCHAR DE VERDAD: La mayoría de las personas creen saber escuchar, sin embargo muy pocas saben hacerlo de verdad. Has preguntas que lleven a la persona a ir más lejos: ¿y entonces qué pasó?, ¿cómo fue eso?, ¿cómo te sentías? El mejor conversador es aquel que sabe escuchar de verdad.
• DEJA DE HACER COMPARACIONES: Ni de tú mismo con otras personas. Ni de las personas con las demás. Si deseas llamar la atención a alguien hazlo en privado.
• PERDONA Y OLVIDA: El perdón no excusa el comportamiento. No significa la aprobación. Más bien implica estar dispuestos a ver con compasión. La persona que te hizo daño probablemente hizo lo que hizo por su propia debilidad y sus limitaciones.
• ALARGA LA MANO Y CONECTA: Haz una lista de las personas más importantes en la vida ¿saben ellas lo importante que son para ti?, ¿cuándo fue la última vez que la escribiste o lo llamaste?. Encuentra un interés común con gente que sea importante para ti.
• ESTABLECIENDO LAS FRONTERAS: Pide permiso antes de traspasar las fronteras, debes tener que todas las personas tienen un mundo interior que debemos respetar y que no debemos traspasar a memos que ellas nos lo permitan.
• RESPONSABILIDAD-LA TUYA, LA MIA Y LA NUESTRA: Responsabilidad significa estar dispuestos a responder y ser capaces de hacerlo. Si algo no sale bien, distingue en lo que es tu responsabilidad y la de los demás.
• NOTA LAS CONEXIONES: Alargar la mano y conectar con otras personas nos proporciona una sensación de bienestar y de apoyo. El buen humor y el trato agradable nos permitirá llegar a más y ganar más amigos.
• EN EL TRABAJO: Es bonito trabajar en equipo pero con independencia, el éxito tuyo será el éxito de todos y te sentirás a gusto en lo que forma parte de tu vida cotidiana, el trabajo.
"Si puedes llegar a través de la nieve, la tempestad y la lluvia, sabrás que podrás llegar cuando brille el sol y todo esté bien"
ASPIRA A LO MÁS ALTO Y PLANIFICA EL PRESENTE:
"Lo más importante es vivir el presente, el pasado únicamente sirve para no volver a cometer los errores que has tenido, el futuro es el presente que vivirás cuando ese día llegue"
ENCUENTRA LA FUENTE: La fuente esta en uno mismo. Todos los días tiene lugar algún milagro que ni siquiera reconocemos: un cielo azul, unas nubes blancas, unas hojas verdes, los curiosos ojos negros de un niño. Puedes desarrollar una práctica espiritual que te mantenga en el camino día a día. Es bueno disfrutar hasta de las pequeñas cosas que te da la vida.
ABANDONA EL PERFECCIONISMO: No es fácil ser perfecto, cuando únicamente eres un ser humano. Los perfeccionistas siempre buscan algo que este mal y lo encuentran y luego se sienten traumatizados por ello. Por tanto hay que tener prioridades y ordenarlas según lo que sea más importante para ti.
VALORA TUS TRIUNFOS: En nuestra sociedad de ganar-o-perder, la mayoría de las personas pasan un montón de tiempo sintiéndose perdedoras. Escribe tus 10 éxitos del día anterior. Percibe como sigues mejorando. Aprecia y celebra tu progreso.
REINCIDIR: El éxito es levantarte más veces que las que caes. El éxito es el fracaso al revés, es el matiz plateado de esa nube incierta, que no te deja ver aun estando cerca.
PROTEGE TU AUTOESTIMA: Muchas personas hieren a los demás; sin embargo, quizá no se den cuenta de ello si sonreímos y lo soportamos; en el mundo todos pensamos diferente, y a veces quisiéramos que nos entendieran tal y como somos o queremos, pero eso casi resulta imposible, por eso es mejor aprender a entender a la gente, que buscar que la gente te entienda.
ACEPTA LA OSCURIDAD: Aprende a sentirte más cómodo con la incomodidad. Es importante ser curioso y experimentar cosas nuevas cada día. No temerle al fracaso te ayudará a decidir.
PONTE METAS Y REALÍZALAS: Enumera las áreas importantes de tu vida: la familia, los amigos, la carrera, la economía, lo personal. Luego imagina que te gustaría tener en cada categoría y escríbelo.
Cómo evitar problemas de baja autoestima en los hijos
Lo que los padres desean para sus hijos es que éstos sean felices, sanos, seguros de sí mismos, maravillosos, cariñosos, llenos de vitalidad y realizados.
Cuesta entender que, aun habiendo mucha información disponible, entre el 80 y el 90 por ciento de los padres no se molestan en comprar ningún libro sobre el tema ni en asesorarse con ningún experto, ni siquiera en pedir consejos, salvo a su suegra o al vecino de enfrente.
Para empezar a tratar el tema hay que decir que lo que siembre en sus hijos, lo cosechará de ellos. Todo lo que los padres dan a sus hijos, se lo devolverán. Si siembra en positivo, le devolverán en positivo, pero si siembran en negativo, le devolverán en negativo. De ahí la importancia de dar a los niños el bien, para que puedan florecer.
Básicamente, la función de la paternidad es criar con cariño a los hijos hasta la madurez, y que desarrollen mientras tanto mucho amor propio. Esta es la función clave de la paternidad. Hay otros aspectos, pero este es el más importante. Cuando logramos criar a un niño hasta los 18 años o más de manera que se quiera, que se considere un joven valioso y útil e importante, se valdrá por sí mismo, será responsable al tomar sus decisiones. Esto equivale a dotarlo de unos cimientos psicológicos sólidos como una roca con los que enfrentarse a los problemas y dificultades de la vida, y lograr una vida maravillosa para sí y para los que le rodean. Pero si se le da a un hijo todas las cosas de este mundo, pero se le priva de este amor propio, la confianza en sí mismos, la autoestima, del convencimiento de que pueden hacer lo que sea necesario para tener felicidad en la vida, los padres habrán fracasado en la más básica e importante función de la paternidad y se sentirán padres fracasados. De ahí la importancia de dotar a los hijos de amor propio y autoestima.
Cuando vayas a realizar algún acto con tu hijo pregúntate: ¿Aumentará esto el amor propio de mi hijo? Esta situación, este asunto, mi reacción, ¿está contribuyendo a construir y criar con amor a este pequeño ser humano que se me ha confiado, o no?
No hay ningún padre o madre que sean perfectos, a veces nos equivocamos, nos cansamos, nos enfadamos y castigamos a nuestros hijos. Pero por lo general debemos de esforzarnos por tener muy presente los siguientes puntos:
• La crítica destructiva es extraordinariamente dolorosa para un niño, pues prepara al niño para una vida llena de complejos de inferioridad, vacía de amor propio, plagada de miedos al fracaso y al rechazo. Suficientes razones para que no utilices jamás la crítica destructiva con tus hijos, jamás humilles a tus hijos. En vez de esto, haz todo lo posible para fortalecerles. Esto no significa que no se les trate con disciplina o control, pero nunca les digas “Eres un niño malo” o “Eres una niña mala” o “Eres un mal bicho” o “No sirves para nada” o “Nunca dices la verdad”. Nunca, jamás digas a tus hijos algo que no desees que se incorpore a sus personalidades, porque atravesará la mente consciente y penetrará en el subconsciente y se programará y lo aceptará como una verdad porque tú lo dijiste, aunque fuera en un momento de enfado. Jamás utilices la crítica destructiva con tus hijos. Los niños son muy vulnerables a la crítica destructiva.
• La ausencia de amor, o el amor retenido, es el principal motivo de los problemas psicológicos, físicos y emocionales en la vida. Los niños necesitan amor, y si le niegas el amor a tus hijos, y por cierto, esto no es lo que tu pienses, sino lo que tus hijos perciban, al ser muy poco profundos durante sus años de formación, no saben que tú les quieres de verdad, a no ser que se lo digas y se lo demuestres una y otra vez. Muchos niños al crecer, se han visto en la necesidad de acudir a psicólogos para intentar combatir el problema de que jamás creyeron que sus padres les quisieran. Si hablas con sus padres te dirán: “Por supuesto que quiero a mis hijos”, y si les preguntas: ¿Se lo dijeron a sus hijos? Te contestarán “Pues no, no se lo dije, pero ellos saben que los quiero”. No, los niños no lo saben, necesitan oírlo.
• Los niños necesitan un flujo continuo de amor y aprobación. Estos son el alimento psicológico que los niños necesitan para crecer. Si se interrumpe el flujo del amor y la aprobación, es como si se interrumpe el flujo de oxígeno al cerebro emocional, lo necesitan todos los días, mañana, tarde y noche, continuamente mientras crecen, lo necesitan como el alimento físico. Si necesitan mucha comida porque están creciendo, también necesitan mucho apoyo emocional mientras crecen.
• Los niños necesitan que se les alabe. Las alabanzas hacen crecer a los niños. De hecho, hay estudios que han demostrado que cuando se alaba a un niño, su sistema psicológico vibra con energía renovada. Necesitan que les animes, que les refuerces. Puesto que a veces hacen las cosas bien, necesitan que les digas: “Qué bien lo has hecho, qué maravilla”, necesitan alabanzas, refuerzos y también paciencia, porque parece que aprenden despacio. Necesitan ternura, amabilidad, atención, pero especialmente necesitan paciencia, sobre todo cuando menos paciencia tienen. Cuando más te irritan es cuando más paciente has de ser con ellos, más amable, más comprensivo, más compasivo. De este modo les pones el modelo a seguir, a no irritarse cuando las cosas no salen como queremos.
• Dile a tus hijos que les quieres todos los días. Es sorprendente la cifra de padres que no dicen a sus hijos que les quieren. Muchas veces no dicen a sus hijos que les quieren porque ellos mismos han crecido en familias en las que sus padres nunca les dijeron que les querían. Por lo contrario, si les dices a tus hijos de forma habitual que les quieres, ellos también te dirán que te quieren de forma habitual. En pocas palabras, les estarás enseñando a querer. Asegúrate de que tu hijo sabe que le quieres al cien por cien, de manera incondicional, haga lo que haga, pase lo que pase y que nada en el mundo puede hacer que dejes de quererlo al cien por cien. Esto es esencial. Los niños que no crecen con suficiente amor durante sus años de formación desarrollan lo que se llama una “necesidad por deficiencia” y pasan el resto de sus vidas con su linterna buscando el amor que se les negó en su infancia. Cuando se mira a un hijo con cariño diciendo: “Te quiero, te quiero mucho”, el niño se siente de maravilla. La mayoría de los padres solo miran a sus hijos a los ojos cuando les están riñendo, y muchos niños se crían con una considerable inquietud en relación con el contacto visual directo con los adultos. Lo consideran como una señal de hostilidad, porque cuando crecían sólo tenían contacto visual con sus padres cuando le reñían. Otro aspecto es que los niños son muy emocionales y físicos. Necesitan que les abrace, se les bese, se les acaricie, se les tome en brazos con amor y cariño, y que se les pase el brazo por el hombro o les acaricie la cabeza (como dice la canción: “acaricia mi mejilla cuando pases por mis silla, las cosas pequeñas son grandes para mí”). El contacto físico es una de las maneras de decirles que se les quiere.
• La “atención centrada”. Esto significa que dedicas tiempo a tus hijos todos los días, tú y tu hijo a solas, paseando, hablando, sin televisión ni periódicos, sin nadie más. Unos minutos al día hacen que el niño se sienta importante. Los niños que no pasan tiempo solo con sus padres, están convencidos de que papá y mamá no lo hacen porque no son niños buenos. No saben que los padres están ocupados o haciendo otra cosa, sienten solamente que hay en ellos algo defectuoso y que por eso sus papás no les dedican su tiempo. Cuidado, lo que cuenta es la percepción del niño, no la realidad.
Estas son las cosas que hay que tener en cuenta, las seis claves que hacen que nuestros hijos crezcan con un buen concepto de sí mismos y una elevada autoestima
Beneficios de un alta autoestima
Sentirme así me permite desempeñarme sin complicaciones, libre, abierta y espontáneamente. Logro subir el ánimo a quienes me rodean e irradio una energía positiva de beneficio para todos.
Asumo gustoso las responsabilidades que elijo tener y de esa manera logro un mayor éxito porque lo que hago lo hago por elección y con cariño.
Tengo un optimismo que se contagia y por esta razón los demás quieren colaborar conmigo. Esto me permite construir más fácilmente la vida de mis sueños y eso me hace cada vez más feliz.
En este camino tan alegre de la alta auto-apreciación, soy de un beneficio inigualable para los demás, no porque me sacrifico por ellos, sino porque inspiro a cada quien a que sea y exprese lo mejor de sí mismo. Cuando en un ambiente familiar, social o de trabajo, todos nos conectamos, las cosas se acomodan gentilmente.
Afronto los retos confiando en que seré capaz de abordarlos o de buscar la ayuda que necesite para alcanzar las metas que me he propuesto.
Me acepto como soy y reconozco que me puedo desarrollar más en algunas áreas. Con gusto y conciencia busco mi transformación para ser cada vez mejor persona.
Desde muy adentro me quiero, me respeto, y me siento bien conmigo mismo. Si pudiera elegir, elegiría ser yo mismo otra vez.
Una condición así me asegura el bienestar físico, emocional y mental. Cuando yo como organismo estoy funcionando de manera óptima, mis sistemas me mantienen dentro de los rangos del bienestar. La salud es una consecuencia lógica.
¿Por qué eso es así?
Una alta autoestima es un estado del ser que está más cerca de mi esencia.
Mi esencia es lo mejor de mí, mi alma, la parte más sabia, experimentada e inspirada de mí ser.
Cuando estoy conectad@ con mi esencia, siento una emoción muy fuerte y positiva, una fuerza que me construye y una energía imparable.
Me integro, me unifico, me centro. Me convierto en un ser de una sola pieza y no un montón de partes tiradas por todo lado.
Mi esencia es ilimitada, libre, alegre y en constante expansión. Cuando voy en dirección de mi esencia, se me abren las puertas y el universo entero “se confabula para hacerme el bien”.
Entonces, cuando me dirijo hacia mi esencia mejora mi autoestima.
La cosa no es que tengo que tener una alta autoestima para poder conectar con mi esencia. Todo lo contrario: cuando me abro a conectarme con mi esencia, mi autoestima se eleva como consecuencia.
Ese es el camino que propone la Biocreación. No me desgasto en esfuerzos agotadores por descubrir qué sucedió en mi pasado, por qué tengo los traumas que tengo ni a quién hay que culpar para después perdonar.
Por eso este programa de crecimiento personal es tan efectivo y rápido.
Si estoy perdido en la montaña, resuelvo cuál es la mejor dirección para salir y empiezo a caminar. No me quedo descifrando cómo llegué allí para luego decidir qué hacer.
La automedicación
La automedicación se define como el consumo de medicamentos sin la intervención de los profesionales de la salud.
Se calcula que entre el 10 y el 30 % de la población se auto médica, y de ese porcentaje, el 70% suele ser víctima de reacciones no deseadas.
Es un mal hábito frecuente ir directamente a la farmacia y, sin consultar con el profesional, adquirir un medicamento que algún conocido nos ha aconsejado para combatir Una persona demuestra sus valores por el modo en el que trata a los que son diferentes a él.
Cada persona tiene unas determinadas características que el médico tiene en entre un paciente y otro.
En el caso de embarazo, es absolutamente desaconsejable la automedicación, ya que hay fármacos que son fácilmente absorbibles por la placenta, y que pueden provocar graves daños al feto. Cuando por cuenta propia decida tomar un medicamento, pida consejo a su médico, o lea atentamente en el prospecto si está contraindicado en caso de embarazo.
La automedicación puede llegar a provocar sintomatologías propias de la alergia: dolor de cabeza, somnolencias, nauseas, diarreas, urticarias… En el caso de los antibióticos, la gravedad consiste en que se fortalecen las cepas víricas La mayor parte de las definiciones que hacen referencia al término autoestima tienen que ver con la aceptación de nuestra identidad como personas, entendida como, el conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que se van desarrollando a lo largo de nuestra vida y que forman nuestra personalidad.
La autoestima en la edad adulta comienza por el cuidado físico y mental, sin embargo, desarrollar de forma saludable estos cuidados básicos que condicionan nuestra calidad de vida, depende de la imagen que hayamos desarrollado de nosotros mismos. La autoestima, en la edad adulta, toma como patrones de referencia, todas las emociones, sentimientos, pensamientos, experiencias, y expectativas que hemos ido recogiendo desde la infancia y adolescencia, a través de los éxitos y fracasos personales por comparación a los demás y por adaptación a las circunstancias y exigencias del entorno social.
La autoestima se apoya en la capacidad que tenemos para elaborar juicios sobre nosotros mismos, en algunas circunstancias este hecho, tiene consecuencias graves para la salud mental, ya que mantener una autoestima sana es importante para la prevención de determinados trastornos psicológicos en los que está seriamente afectada. Además se puede considerar un factor de prevención de cara al desarrollo de determinados trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad.
La autoestima en nuestra vida cotidiana, influye en nuestro modo de pensar, de sentir y actuar. Una baja autoestima normalmente, es consecuencia de factores como la inseguridad personal y la excesiva necesidad de aprobación, de tal manera que la calidad de vida de una persona se ve notablemente influida, condicionando la percepción y valoración que una persona hace de sí misma y sus modos de relación social. La consecuencia más inmediata de una persona con baja autoestima, se ve reflejada en las dificultades de relación social y en la excesiva dependencia de otros, por miedo al fracaso o a cometer errores, consecuencia de la excesiva necesidad de aprobación. A nivel personal, la imagen física está totalmente distorsionada y los sentimientos de inferioridad y las continuas comparaciones con los demás van potenciando la imagen y valía personal negativas.
Mejorar nuestra autoestima depende de nosotros mismos, intentar mejorar o tratar de cambiar determinadas actitudes es importante porque con una autoestima positiva mejora:
- Nuestra capacidad para hacer frente a los problemas.- La percepción de valía personal.- Las relaciones sociales.- El estado de ánimo.- La motivación para hacer frente a retos personales.- El proceso de hacer elecciones y tomar decisiones.- La independencia y el desarrollo personal.- La imagen de nosotros mismos.
La forma de potenciar la autoestima en un nivel muy básico, comienza por aceptarnos como somos, tomando conciencia que parte de esta valoración, está influenciada por los modelos familiares y culturales que hemos ido asimilando a lo largo de nuestra vida y ser conscientes de los pensamientos negativos, la autocrítica negativa y las comparaciones que influyen en nosotros y tratar de cambiarlos por pensamientos más realistas y más constructivos.
Si las dificultades para mejorar la autoestima persisten en el tiempo lo mejor es consultar con un profesional, que tratará de identificar las causas que mantienen el problema y analizar los pensamientos que ha desarrollado sobre sí mismo y la evidencia que los sustenta, proporcionando las técnicas y habilidades necesarias para poder mejorar la autoestima y prevenir la aparición de trastornos psicológicos como la ansiedad y depresión...
Una meta es un deseo con una línea de tiempo.
CONCLUCION
El anterior trabajo nos deja una gran enseñanza que tenemos que valorarnos y ser justos con nosotros mismos y demás personas, Ya sabemos que la autoestima es uno de los factores más relevantes para el bienestar personal y una clave para relacionarnos con el entorno de una forma satisface
Mejorar nuestra autoestima depende de nosotros mismos, intentar mejorar o tratar de cambiar determinadas actitudes es importante porque con una autoestima positiva mejora.
ERES DUEÑO DE TU PROPIO FUTURO
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